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¿Sabías que la eficiencia operativa de tu empresa puede depender de algo tan fundamental como gestionar correctamente los niveles mínimo y máximo de tu inventario? Aunque parece un detalle técnico, hallar el balance ideal entre ambos puede marcar la diferencia entre un almacén bien gestionado y uno caótico que genere costos innecesarios.
¿Qué significa el stock mínimo?
Es la cantidad más baja de inventario que asegura que tu negocio siga operando sin interrupciones en la producción o las ventas. Al alcanzar este nivel, es el momento ideal para reabastecerte y evitar la escasez de productos.
Ejemplo: Si comercializas artículos promocionales y tu stock mínimo de vasos personalizados es de 100 unidades, al llegar a ese número, debes realizar un nuevo pedido para evitar quedarte sin existencias.
¿Qué es el stock máximo?
Es la cantidad máxima de inventario que puedes almacenar sin caer en excesos que ocupen espacio innecesario o afecten tu flujo de efectivo. Superar este límite puede generar mayores costos de almacenamiento, inmovilizar capital o incluso ocasionar pérdidas por productos que no se venden.
Ejemplo: Si tu stock máximo de camisetas corporativas es de 500 unidades, acumular más de esa cantidad podría significar dinero detenido o mercancía sin rotación.
La clave está en el equilibrio
Mantener tus existencias entre estos dos niveles es el secreto para una gestión eficiente. Un inventario bien planificado te permite:
- Garantizar la continuidad de tus operaciones.
- Minimizar gastos innecesarios.
- Aumentar la rotación de tus productos.
- Optimizar la logística y la planificación de compras.
💡 Consejo práctico
Utiliza herramientas digitales o un software de gestión de inventarios para seguir tus existencias en tiempo real. Esto te ayudará a anticiparte a los cambios en la demanda y a tomar decisiones estratégicas con confianza.
